Diez son los años que acaba de cumplir esta hembra de lince y casi desde su primer año de vida ha sido capaz de engendrar a su prole con mayor o menor fortuna.A veces tres cachorros y otras dos que han ido ocupando territorios nuevos en la Sierra Morena.Hace tres años y debido a una terrible sequía y a la falta de su principal alimento, no se quedó preñada.La naturaleza fue sabia y no trajo al mundo cachorros a los que no podía alimentar.Este último invierno ha sido especialmente duro para ella ya que en lo que al parecer pudo ser fruto de un accidente en un lance de caza, sufrió una gravísima herida que la llevó a perder su ojo derecho.En cuanto se detectó fue capturada y llevada al veterinario en la ciudad de Málaga.Se hizo lo que se pudo pero al final perdió el ojo.Como consecuencia de esto se la puso un collar de radioseguimiento y se la liberó de nuevo en su territorio con el fin de corroborar si se podría adaptar bien a su nueva situación.Ha sido un éxito, esta hembra de lince pasó el invierno pudiendo cazar y llegado el celo se apareó con el macho de la zona.Ha demostrado ser una excelente cazadora y aquí tenemos el resultado.Una nueva camada de lince ibérico.
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